Ingredientes:
Arroz
Aceite de girasol
Sal
Ajos
Agua
Se laminan un par ajos y se rehogan en aceite de girasol (que cubra bien el fondo donde lo vamos a cocinar). Cuando estén dorados los sacamos y añadimos la misma cantidad de agua que de arroz se va a preparar, con un poquito de sal. Tapamos y dejamos que cueza.
En el momento en que comience a hervir añadimos el arroz y dejamos a fuego fuerte hasta que el agua se haya evaporado en gran medida (el punto en que el líquido que quede se vuelve espeso) y entonces movemos el contenido de la cacerola y bajamos el fuego tapándolo. Mi madre siempre recitaba cuando hacía arroz: "arroz tapado, arroz pasado", pero os aseguro que con esta forma de hacerlo utilizando una parte de agua por cada parte de arroz ésto no sucede.
Dejar a fuego lento hasta que se haya consumido el agua, removiendo de vez en cuando. En ese momento destapar e ir dando vueltas a fuego muy bajo (mi vitrocerámica tiene 12 niveles y yo lo pongo en el 2 o en el 1) hasta que se seque completamente. Nosotros para que el proceso sea lento y uniforme usamos un difusor de los que se compran para las cazuelas de barro para la vitrocerámica y lo ponemos desde el principio con el agua. Nos va muy bien.
En el fondo de la cacerola queda una capa tostadita que a mi me gusta mucho que en Perú llaman cocolón.
Se puede guardar en la nevera y calentándolo en el microondas es un buen acompañante para muchos platos.
A pesar de que al principio discutía a Pepe la forma de hacerlo porque en España siempre hemos puesto el doble de agua que de arroz al final le he tenido que dar la razón, muy a mi pesar. De esta forma el arroz no se pasa, se enfría y sigue quedando el grano suelto y en su punto. Probadlo y me contáis.
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